domingo, 24 de julio de 2011

No existe peor decisión que la decisión de no tomar ninguna

Es julio, mitad de año, ¿no te habías propuesto un año distinto?, ¿no tenías una cantidad de planes para este año?, ¿no querías hacer muchas cosas? Perdón que haga de abogado del diablo y te lo recuerde, pero es julio y estoy segura que todavía estás a tiempo porque siempre se está a tiempo.

No desesperes, queda otra mitad de año y te propongo que te hagas un regalo personal y comiences a pensar en esas cosas que te habías propuesto y que ya te dan vueltas en la cabeza –porque es julio y no empezaste, y creas o no te quitan energía al no poder “sacarlas”: Hacelo ahora, hacelo fácil, hacelo ya.

Te propongo algunas preguntas para que las veas, sí, primero miralas, observalas ¡No les tengas miedo! Miralas, dejalas, dales tiempo a que ingresen en tu cabeza, no te asustes. Después “escribilas” y “trabajalas”, es decir, hacete cargo, no le esquives al bulto. Nadie, pero nadie, nadie te está mirando. Estás solo ante el papel… Uuauuu….

¿Qué querés?
¿Lo podés escribir en una oración?
¿Para cuándo lo querés?
¿Qué riesgos vas a asumir para conseguirlo?
¿Cómo tenés que ser para lograrlo: valiente, arriesgada/o, amorosa/o, enfocado/a, rápido/a? Escribí (nadie te ve)
¿Qué recursos tenés ya que te acerquen a lo que querés?
¿Qué recursos tenés que conseguir? ¿Quién te puede ayudar?
¿A qué le tenés miedo?
¿Qué cinco cosas podés escribir que te acerquen a eso que querés?
¿Cuál es el tiempo máximo para completar cada una de ellas?
¿Cuál de todas podés empezar ahora, ya?

¿Cómo te vas a dar cuenta que lo lograste lo que querías?

Si no tenés tiempo, empezá ya
Si creés que no vas a poder, empezá ya
Si te parece que es mucho, empezá ya
Si te falta información, empezá ya
Pero si te parece que va a ser mejor mañana, empezá HOY ...... YA ! ! ! ! ! !

martes, 26 de abril de 2011

Volver a sentir


Seguramente las imágenes que les están apareciendo en la mente son muy agradables. Deténganse un segundo y mírenlas. También podrían estar pensando que me he puesto más romántica que de costumbre: Volver a sentir. ¿No suena como a salir de una enfermedad o de un largo invierno? ¿A dejar atrás alguna dificultad o algún obstáculo? Algo así como hemos leído –o sentido- muchas veces: ‘Volver a sentir el calor del sol’ o ‘volver a sentir la brisa en la cara’. Pero no, esta vez quiero mostrarles el lado B de volver a sentir. Cuando sentimos algo una y otra vez podemos estar frente al re-sentimiento o sea re-sentir que también es volver a sentir. Ah… ¡Qué tema! No, no cierren la página todavía. Se me ocurrió –humildemente- escribir algo a partir del artículo que Miguel Espeche publicó en La Nación este fin de semana, “Presos del resentimiento”.

El resentimiento es un estado de ánimo, no es una emoción. ¿Será bueno o malo? Siempre nos encontramos en un estado de ánimo y ese estado de ánimo es el que nos permite hacer cosas. En otras palabras, nuestro estado de ánimo es la lupa con la que miramos la vida. ¿La vida hacia adelante o la vida hacia atrás?

El resentimiento tiene letra y dice: No acepto esto que pasó – Interpreto que eso no fue bueno para mí – Fue injusto – Voy a vengarme.

Lo bueno, lo malo y lo feo del resentimiento

Lo bueno, o sea cosas que me permite:
Vivir muy pendiente de lo que pasó y no mirar hacia adelante.
Desarrollar una adicción porque constantemente vuelvo a re-sentir lo que pasó.
Disfrutar en el presente de emociones como la bronca, el dolor, la humillación, el trauma, la injuria, (completar con todo este tipo de emociones negativas, ojo, no malas, negativas).
Recitar innumerables excusas y explicaciones sobre lo que ‘me’ pasó.

Lo feo es ver dónde nos deja parados porque el resentimiento es un gran poste que nos ata al pasado y nos deja estaqueados en ese lugar, en esa persona que fuimos como si el tiempo no hubiese transcurrido. Lo malo es que los hechos pasados no pueden cambiarse, ya pasaron. Ya pasaron de moda y lo único que puedo hacer es verlos de otra manera con todo lo que aprendí desde entonces. ¿Habré aprendido algo? Siempre somos más de lo que nos pasó. Nosotros no somos solamente eso que pasó, también somos otras cosas.

Aceptar lo que nos pasó y empezar a soltar puede ser el camino porque en realidad a la vida le da lo mismo, a quien no nos da lo mismo es a nosotros porque tenemos una sola. ¿Por qué no soltamos entonces si parece tan fácil? Porque el resentimiento es un pilar, un gran palenque donde rascarse, una gran excusa y si lo soltáramos necesariamente tendríamos que mirar hacia adelante, salir de ese lugar, buscar nuevos recursos, pensamientos, cambiar y el cambio es bárbaro siempre y cuando los otros cambien, no yo. Entonces esa persona traumada, dolorida, humillada tendrá que ‘inventarse’ una nueva manera de vivir y todavía no la conoce y esto trae mucha confusión y a nadie le gusta sentirse confundido. Los seres humanos queremos tener todo claro todo el tiempo. Después de todo, ¿para qué hacer tanto esfuerzo si el resentido ya se sabe la letra de su vida de memoria y además la puede recitar una y otra vez?

viernes, 25 de marzo de 2011

APRENDER ¿sirve?

EL APRENDIZAJE

Autobiografía en cinco capítulos breves*

Capítulo uno
Camino por la calle.
Hay un profundo pozo en la vereda.
Caigo.
Estoy perdida... indefensa.
No es mi culpa.
Salir me toma una eternidad.

Capítulo dos
Paso por la misma calle.
Hay un profundo pozo en la vereda.
Finjo que no lo veo.
Vuelvo a caer.
¡No puedo creer que estoy en el mismo lugar!
Pero, por supuesto, no es mi culpa.
Me lleva muchísimo tiempo volver a salir.

Capítulo tres
Paso por la misma calle.
Hay un profundo pozo en la vereda.
Aunque puedo verlo vuelvo a caer en él.
Es un hábito.
Pero tengo los ojos abiertos,
sé donde estoy.
Es mi culpa... salgo inmediatamente.

Capítulo cuatro
Paso por la misma calle.
Hay un profundo pozo en la vereda.
Doy un rodeo.

Capítulo cinco
Camino por otra calle.

Hoy quiero deleitarlos con este escrito que me hace profundo sentido por las imágenes que me despierta y por la brevedad del lenguaje. Espero realmente que a ustedes también les haga sentido, pues desde mi mirada, el aprendizaje o aprender a aprender es una de las competencias primordiales en estos tiempos de cambios tan radicales que estamos viviendo.

De regalo, como siempre trato de hacerlo, les dejo algunas preguntas
¿Este poema tiene que ver con el camino de mi vida? ¿Cómo defino yo aprender? ¿Para qué me sirve? ¿Juzgo que es necesario aprender? ¿Cómo aprendo?¿En algún lugar me siento identificado/a con algunos de los capítulos? ¿Dónde está el pasado y dónde el futuro? ¿Qué hago más importante? ¿Cuántas veces debo caerme para poder hacer algo diferente? ¿Lo conseguí? ¿Yo considero que el aprendizaje es muy difícil y conlleva solamente dolor y sufrimiento?

Para conseguir resultados diferentes se necesitan acciones diferentes. Si siempre hago lo mismo siempre voy a conseguir los mismos resultados. ¿Para conseguir los resultados que yo quiero sería importante que yo aprendiera otra cosa? Si yo pienso que aprender vale la pena para mí, si yo siento que es importante para mi efectividad, mi productividad y mi bienestar personal sería muy importante que pensara también en esto. ¿Qué me falta aprender para llegar a ese objetivo que quiero alcanzar?

*Portia Nelson, actriz, escritora y directora teatral (1920-2001). Hay un profundo pozo en la vereda (1993), publicado por La Nación

domingo, 6 de marzo de 2011

¿Qué significa exactamente el cambio?

Encontré la Historia completa de una frase que escuchamos generalmente por la mitad y no sabemos de dónde proviene. Me parece muy interesante para mostrar que nos guste o no, la vida es cambio, es movimiento, es acción, es ver oportunidades. Si no lo vemos así a la vida le da lo mismo, la vida sigue. A quienes no nos da lo mismo es a nosotros.

Hubo una vez un rey que dijo a los sabios de la corte: “Me estoy fabricando un precioso anillo. He conseguido uno de los mejores diamantes posibles. Quiero guardar oculto dentro del anillo algún mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación total, y que ayude a mis herederos, y a los herederos de mis herederos, para siempre. Tiene que ser un mensaje pequeño, de manera que quepa debajo del diamante del anillo”.
Todos quienes escucharon eran sabios, grandes eruditos; podrían haber escrito grandes tratados, pero darle un mensaje de no más de dos o tres palabras que le pudieran ayudar en momentos de desesperación total. Pensaron, buscaron en sus libros, pero no podían encontrar nada.
El rey tenía un anciano sirviente que también había sido sirviente de su padre. La madre del rey murió pronto y este sirviente cuidó de él, por tanto, lo trataba como si fuera de la familia. El rey sentía un inmenso respeto por el anciano, de modo que también lo consultó. Y éste le dijo: “No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje”.
Durante mi larga vida en palacio, me he encontrado con todo tipo de gente y en una ocasión me encontré con un místico. Era invitado de tu padre y yo estuve a su servicio. Cuando se iba, como gesto de agradecimiento, me dio este mensaje -el anciano lo escribió en un diminuto papel, lo dobló y se lo dio al rey. Pero no lo leas -le dijo- manténlo escondido en el anillo.
Ábrelo sólo cuando todo lo demás haya fracasado, cuando no encuentres salida a la situación Ese momento no tardó en llegar. El país fue invadido y el rey perdió el reino. Estaba huyendo en su caballo para salvar la vida y sus enemigos lo perseguían.
Estaba solo y los perseguidores eran numerosos. Llegó a un lugar donde el camino se acababa, no había salida: enfrente había un precipicio y un profundo valle; caer por él sería el fin. Y no podía volver porque el enemigo le cerraba el camino. Ya podía escuchar el trotar de los caballos. No podía seguir hacia delante y no había ningún otro camino. De repente, se acordó del anillo. Lo abrió, sacó el papel y allí encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso: Simplemente decía "ESTO TAMBIÉN PASARÁ"
Mientras leía "ESTO TAMBIÉN PASARÁ" sintió que se cernía sobre él un gran silencio. Los enemigos que le perseguían debían haberse perdido en el bosque, o debían haberse equivocado de camino, pero lo cierto es que poco a poco dejó de escuchar el trote de los caballos. El rey se sentía profundamente agradecido al sirviente y al místico desconocido. Aquellas palabras habían resultado milagrosas. Dobló el papel, volvió a ponerlo en el anillo, reunió a sus ejércitos y reconquistó el reino. Y el día que entraba de nuevo victorioso en la capital hubo una gran celebración con música, bailes y él se sentía muy orgulloso de sí mismo.
El anciano estaba a su lado en el carro y le dijo: Este momento también es adecuado vuelve a mirar el mensaje.
¿Qué quieres decir? -preguntó el rey. Ahora estoy victorioso, la gente celebra mi vuelta, no estoy desesperado, no me encuentro en una situación sin salida.
Escucha -dijo el anciano. Este mensaje no es sólo para situaciones desesperadas; también es para situaciones placenteras. No es sólo para cuando estás derrotado; también es para cuando te sientes victorioso. No es sólo para cuando eres el último; también es para cuando eres el primero.
El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: "ESTO TAMBIÉN PASARÁ" y nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba, pero el orgullo, el ego, habían desaparecido. El rey pudo terminar de comprender el mensaje. Se había iluminado.
Entonces el anciano le dijo:
Recuerda que todo pasa. Ninguna cosa, ni ninguna emoción son permanentes. Como el día y la noche, hay momentos de alegría y momentos de tristeza. Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza porque son la naturaleza misma de las cosas.

lunes, 28 de febrero de 2011

"Nadie nos enseñó a ser felices"

Como el coaching es fundamentalmente enfocarse en lo que es posible con las acciones y no las intenciones, me pareció muy atinado repasar esta nota que salió publicada ayer en La Nación con respecto a la próxima visita de Arnaud Maitland a la Argentina.

Se han usado ríos de tinta para describir y atenuar los efectos del estrés pero las palabras de Maitland son absolutamente sencillas: enfócate en lo que se puede hacer.
Olvidarse de lo macro y concentrarse en lo micro. Macro: esta semana empiezo el gimnasio, voy a caminar dos horas por día, hoy voy a hacer una dieta de frutas todo el día, hoy voy a llamar a todos mis amigos; hoy voy a trabajar menos. Micro (según Maitland y yo): dar una vuelta por el barrio, leer UN capítulo de un buen libro, cocinar. Esto es chico, es posible, se puede medir, lo puedo terminar y ver los resultados. Esta es mi meta para hoy, mi objetivo que es medible, específico, tiene un tiempo (hoy) y depende solamente de mí. ¿Qué más se puede pedir?

Es igualmente importante cuando habla de la atención que generalmente enfocamos hacia los problemas. Si la atención va al problema y no a la relación tendremos más problemas y menos relaciones. En una conversación podés enfocarte en tener razón o en cuidar la relación. Tampoco aquí podemos enfocarnos en las dos cosas. Si nos enfocamos en la razón es un juego de suma cero: o tengo razón o no la tengo. Si nos enfocamos en la relación habrá más creatividad y diálogo para buscar la solución.

“Nadie nos enseñò cómo ser felices”, dice Maitland. Si la felicidad se va haciendo de esas pequeñas cosas que podemos construir (y no pensar, hacer) estas dos acciones me parece que pueden ayudarnos mucho a ponernos en carrera.

Abajo la nota completa. También pueden buscarla en internet porque no puedo aumentarla más. Saludos,

jueves, 17 de febrero de 2011

Psiconeuroinmunologia

LO QUE EL CORAZON QUIERE, LA MENTE SE LO MUESTRA

Esta es una entrevista que La Vanguardia Digital le realizó al Dr. Mario Alonso Puig quien es Médico Especialista en Cirugía General y del Aparato Digestivo, Fellow de la Harvard University Medical School y miembro de la New York Academy of Sciences y de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia.

Hasta ahora lo decían los iluminados, los meditadores y los sabios; ahora también lo dice la ciencia: son nuestros pensamientos los que en gran medida han creado y crean continuamente nuestro mundo. "Hoy sabemos que la confianza en uno mismo, el entusiasmo y la ilusión tienen la capacidad de favorecer las funciones superiores del cerebro. La zona prefrontal del cerebro, el lugar donde tiene lugar el pensamiento más avanzado, donde se inventa nuestro futuro, donde valoramos alternativas y estrategias para solucionar los problemas y tomar decisiones, está tremendamente influida por el sistema límbico, que es nuestro cerebro emocional. Por eso, lo que el corazón quiere sentir, la mente se lo acaba mostrando". Hay que entrenar esa mente

Tengo 48 años. Nací y vivo en Madrid. Estoy casado y tengo tres niños. Soy cirujano general y del aparato digestivo en el Hospital de Madrid. Hay que ejercitar y desarrollar la flexibilidad y la tolerancia. Se puede ser muy firme con las conductas y amable con las personas. Soy católico. Acabo de publicar Madera líder (Empresa Activa) IMA SANCHÍS - 18/10/ 2004

- Más de 25 años ejerciendo de cirujano. ¿Conclusión?

-Puedo atestiguar que una persona ilusionada, comprometida y que confía en sí misma puede ir mucho más allá de lo que cabría esperar por su trayectoria.

- ¿Psiconeuroinmunobiología?

-Sí, es la ciencia que estudia la conexión que existe entre el pensamiento, la palabra, la mentalidad y la fisiología del ser humano. Una conexión que desafía el paradigma tradicional. El pensamiento y la palabra son una forma de energía vital que tiene la capacidad (y ha sido demostrado de forma sostenible) de interactuar con el organismo y producir cambios físicos muy profundos.

- ¿De qué se trata?

-Se ha demostrado en diversos estudios que un minuto entreteniendo un pensamiento negativo deja el sistema inmunitario en una situación delicada durante seis horas. El distrés, esa sensación de agobio permanente, produce cambios muy sorprendentes en el funcionamiento del cerebro y en la constelación hormonal.

- ¿Qué tipo de cambios?

-Tiene la capacidad de lesionar neuronas de la memoria y del aprendizaje localizadas en el hipocampo. Y afecta a nuestra capacidad intelectual porque deja sin riego sanguíneo aquellas zonas del cerebro más necesarias para tomar decisiones adecuadas.

- ¿Tenemos recursos para combatir al enemigo interior, o eso es cosa de sabios?

-Un valioso recurso contra la preocupación es llevar la atención a la respiración abdominal, que tiene por sí sola la capacidad de producir cambios en el cerebro. Favorece la secreción de hormonas como la serotonina y la endorfina y mejora la sintonía de ritmos cerebrales entre los dos hemisferios.

- ¿Cambiar la mente a través del cuerpo?

-Sí. Hay que sacar el foco de atención de esos pensamientos que nos están alterando, provocando desánimo, ira o preocupación, y que hacen que nuestras decisiones partan desde un punto de vista inadecuado. Es más inteligente, no más razonable, llevar el foco de atención a la respiración, que tiene la capacidad de serenar nuestro estado mental.
- ¿Dice que no hay que ser razonable?

-Siempre encontraremos razones para justificar nuestro mal humor, estrés o tristeza, y esa es una línea determinada de pensamiento. Pero cuando nos basamos en cómo queremos vivir, por ejemplo sin tristeza, aparece otra línea. Son más importantes el qué y por qué que el cómo. Lo que el corazón quiere sentir, la mente se lo acaba mostrando.- Exagera.

-Cuando nuestro cerebro da un significado a algo, nosotros lo vivimos como la absoluta realidad, sin ser conscientes de que sólo es una interpretación de la realidad.

- Más recursos...

-La palabra es una forma de energía vital. Se ha podido fotografiar con tomografía de emisión de positrones cómo las personas que decidieron hablarse a sí mismas de una manera más positiva, específicamente personas con trastornos psiquiátricos, consiguieron remodelar físicamente su estructura cerebral, precisamente los circuitos que les generaban estas enfermedades.

- ¿Podemos cambiar nuestro cerebro con buenas palabras?

-Santiago Ramón y Cajal, premio Nobel de Medicina en 1906, dijo una frase tremendamente potente que en su momento pensamos que era metafórica. Ahora sabemos que es literal: "Todo ser humano, si se lo propone, puede ser escultor de su propio cerebro".

-¿Seguro que no exagera?

-No. Según cómo nos hablamos a nosotros mismos moldeamos nuestras emociones, que cambian nuestras percepciones. La transformación del observador (nosotros) altera el proceso observado. No vemos el mundo que es, vemos el mundo que somos.

- ¿Hablamos de filosofía o de ciencia?

-Las palabras por sí solas activan los núcleos amigdalinos. Pueden activar, por ejemplo, los núcleos del miedo que transforman las hormonas y los procesos mentales. Científicos de Harward han demostrado que cuando la persona consigue reducir esa cacofonía interior y entrar en el silencio, las migrañas y el dolor coronario pueden reducirse un 80%.

- ¿Cuál es el efecto de las palabras no dichas?

-Solemos confundir nuestros puntos de vista con la verdad, y eso se transmite: la percepción va más allá de la razón. Según estudios de Albert Merhabian, de la Universidad de California (UCLA), el 93% del impacto de una comunicación va por debajo de la conciencia.

- ¿Por qué nos cuesta tanto cambiar?

-El miedo nos impide salir de la zona de confort, tendemos a la seguridad de lo conocido, y esa actitud nos impide realizarnos. Para crecer hay que salir de esa zona.- La mayor parte de los actos de nuestra vida se rigen por el inconsciente.

-Reaccionamos según unos automatismos que hemos ido incorporando. Pensamos que la espontaneidad es un valor; pero para que haya espontaneidad primero ha de haber preparación, sino sólo hay automatismos. Cada vez estoy más convencido del poder que tiene el entrenamiento de la mente.

- Deme alguna pista.

-Cambie hábitos de pensamiento y entrene su integridad honrando su propia palabra. Cuando decimos "voy a hacer esto" y no lo hacemos alteramos físicamente nuestro cerebro. El mayor potencial es la conciencia.

- Ver lo que hay y aceptarlo.

-Si nos aceptamos por lo que somos y por lo que no somos, podemos cambiar.. Lo que se resiste persiste. La aceptación es el núcleo de la transformación.

Si no creés que es posible dejar de quejarse y actuar mirá esto: http://www.youtube.com/watch?v=vksdBSVAM6g

domingo, 13 de febrero de 2011

Solos en la madrugada

Me acordé recién, esta mañana. Casi me desperté acordándome. Amé esta peli y en ese momento -momento, voy a buscar a imdb.com- ¡1978! reconozco que me hizo pensar y me cambió en algo, me sacó de un lugarcito de víctima que como todos yo tenía y tengo pero que en ese momento pude identificar y dejar.

Creo que me vino a la cabeza ese monólogo que tanto amo y que me emocionó alguna vez porque ahora, dentro de un rato, voy a ir a ver a mi mamá y ella no puede hacer muchas cosas ya: se le pasó el tiempo. Nunca pudo darse permiso, nunca pudo dejar de hacer lo que correspondía, lo que los demás esperaban de ella, lo que ella esperaba de sí misma y ahora es tarde; quiere salir, pasear, ver, pero su cuerpo físico no la transporta y su mente no le permite reconocer lo que ve y disfrutarlo -como SIEMPRE SOÑE (sic).

Bueno, nada, vean http://www.youtube.com/watch?v=JneufsU2m6Y Y QUE NO SE LES HAGA DEMASIADO TARDE!

viernes, 11 de febrero de 2011

La acción genera SER


Vivencia: “Me” pasa y es individual.
Experiencia: Me pongo en otro lugar. Experimento algo que no sabía. Juego el partido, actúo la comedia, bailo el baile.
Práctica: Articula la experiencia.

Cinco (5) cosas que puedo empezar a "experienciar" este año -YA- y que todos podemos hacer.

Somos lo que hacemos para cambiar lo que somos. Eduardo Galeano.

1. Simplificá y despejá tu vida. Desdramatizá. Esto también pasará.
3. Date tiempo y tenete paciencia. Los cambios y los proyectos difíciles toman tiempo. No hagas todo junto.
4. Ocupate en hacer al menos una cosa que te guste por día. Por mínima que sea generará endorfinas y te vas a sentir mejor.
5. Planificá la forma de empezar a vivir dentro de tu presupuesto.

"No solo actuamos de acuerdo a como somos sino que también
somos de acuerdo a como actuamos.
El hacer nos constituye en lo que somos.
La acción genera nuestro ser"

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