miércoles, 22 de febrero de 2012

¿Cómo hago para escuchar mejor?

Paginas, libros, manuales, compendios y tratados se han escrito y se escriben sobre el valor de la escucha. Y sin embargo muchas personas se acercan a la consulta con esta pregunta. Y tiene sentido porque si no fuese importante escuchar, ¿para qué hablamos? Hablar y escuchar tienen que ver con el diálogo y eso se llama comunicación (acción + común).

Del escuchar viene la sabiduría,
y del hablar el arrepentimiento
Proverbio italiano


Para vos, ¿la escucha es un valor? Valor.

Igual que en el lenguaje diario en el lenguaje ontológico hay una diferencia entre escuchar y oír. Podemos tomar el sencillo ejemplo de una ambulancia o una unidad de emergencia médica o de terapia que tan a diario pasan por la calle. Lo que oímos es el ruido de la sirena, ¿y qué escuchamos? Lo que escuchamos es nuestra interpretación, nos corresponde a nosotros. Y las interpretaciones son todas válidas: herido, víctima, enfermo, accidente. Traemos desde nuestra mente nuestra experiencia con ese ruido y lo escuchamos interpretándolo. Solo oímos un ruido, en este caso el ulular de una sirena pero escuchamos a partir de nuestras interpretación de ese hecho.

Ahora, no todos escuchamos igual. Y para tener en cuenta muy especialmente es importante aprender que escuchamos (interpretamos) a partir de si somos mujer u hombre; (esto las mujeres no lo queremos aprender) de los años que tenemos (no escucha igual un adolescente que un adulto maduro); de nuestra historia personal (del contexto social en que nacimos), de la emoción en la que estamos en ese momento (no escucha igual alguien que está enamorado que alguien que fue despedido de su trabajo).

Escuchar no es dar consejos, tampoco es criticar ni buscarle la solución al problema. Escuchar no es interrumpir con un ‘A mí me pasó lo mismo. ¡No sabés lo que me pasó a mí! Tenés suerte, a mí me pasó … . Lo que vos tenés que hacer… ‘ ¿O no nos pasa esto a veces?

Para empezar a escuchar es importante partir de que no sé, no sé qué es lo próximo que mi interlocutor va a decir. Escuchar es fundamentalmente donar mi tiempo. Donar. Si no dispongo de tiempo no puedo escuchar. Para escuchar necesito humildad porque cuando escucho yo soy el receptáculo del otro. Humildad. Muchas veces tememos que nos escuchan porque no nos gusta que nos critiquen, que nos juzguen.

Estar atentos, estar presentes con el cuerpo. ¿Qué sentimos cuando estamos hablando con alguien y ese alguien no nos está mirando y sentimos que mira en otra dirección, que está buscando con los ojos? Escuchar es una disciplina, y disciplina implica entrenamiento, trabajo, observación. Disciplina ¿Cómo empezar? Aprendiendo a callarnos a nuestro propio discurso para escuchar las palabras del otro. Aprender.

¡TEST!

¿Te parece que al lado tuyo las personas sienten que pueden hablar?
¿Podés crear un espacio de confianza para que el otro sienta que puede hablar con tranquilidad y que no va a ser enjuiciado?
¿Te pasa que estás escuchando pero de pronto perdés el hilo y te encontrás pensando en lo que querés decir?
¿Le permitís al otro tener su propio punto de vista o criticás y juzgás en medio de la conversación?
¿Hacés preguntas para que el otro sienta que estás escuchando?

En forma totalmente deliberada he repetido palabras que son importantes y resuenan en todo proceso personal. De estas palabras ¿cuáles son tuyas y cuáles quisieras comprarte? Y si ya las tenés ¿en qué orden aparecen en tu vida?

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