Howard Gardner propuso en 1983 la teoría de las inteligencias múltiples
y denominó siete tipo de inteligencias, a saber
linguística, lógico-matemática, musical,
espacial, cinético-corporal, interpersonal e intrapersonal
Acá este pequeño video nos recuerda el concepto
Recuerdo que ese momento fue para mí un antes y un después, pude
entender por qué no entiendo un mapa ni sé de qué lado de la calle bajo del
subte: no tengo el chip de la inteligencia espacial. Hay dos más en proceso,
pero no es el caso hoy.
Vi en mi FB que una amiga, Viviana, publicó un artículo de La
Vanguardia de Barcelona y como me atrae mucho el pensamiento de este
investigador leí el artículo y resumo un poco aquí los puntos salientes.
Ninguna persona es mejor ni peor que
otra. Ni tampoco igual a otra. Lo que nos hace humanos es que cada uno de
nosotros es único. Así que ríase, con la neurociencia, de quien diga que
alguien es más listo que otro: ¿listo para qué? Cualquier talento no es sino
capacidad de adaptación al entorno: inteligencia. Por eso, Gardner sostiene que
hay más de una. Y ahí no acaba nuestra diversidad: cada cultura y cada persona
entiende esa teoría –todas las teorías– a su manera. Manera, además, que varía
con la edad: cuanto más envejeces, más difícil te resulta adaptar tu vida a las
nuevas ideas y menos adaptarlas cómodamente a tu modo de vivir sin variarlo.
Por eso, creer saber envejece y querer saber rejuvenece.
Perlita I: Aprender es el único antídoto contra la vejez y yo lo tomo
cada día en Harvard con mis alumnos. (¡Atención!)
¿Por qué hay excelentes profesionales que son malas personas?
Descubrimos que no los hay. En realidad, las malas personas no puedan
ser profesionales excelentes. No llegan a serlo nunca. Tal vez tengan pericia
técnica, pero no son excelentes.
Lo que hemos comprobado es que los mejores profesionales son siempre
ECE: excelentes, comprometidos y éticos .
¿No puedes ser excelente como profesional pero un mal bicho como
persona?
No, porque no alcanzas la excelencia si no vas más allá de satisfacer
tu ego, tu ambición o tu avaricia. Si no te comprometes, por tanto, con
objetivos que van más allá de tus necesidades para servir las de todos. Y eso
exige ética.
Otras Perlitas de la Entrevista:
Sin principios éticos puedes llegar a ser rico, sí, o técnicamente
bueno, pero no excelente.
Sin ilusión, la vida se queda en obligación.
Puedes vivir sin filosofía, pero peor. En un experimento con ingenieros
del MIT descubrimos que quienes no habían estudiado humanidades, cuando
llegaban a los 40 y 50, eran más propensos a sufrir crisis y depresiones.
¿Por qué?
Porque las ingenierías y estudios tecnológicos acaban dándote una
sensación de control sobre tu vida en el fondo irreal: sólo te concentras en lo
que tiene solución y en las preguntas con respuesta. Y durante años las hallas.
Pero, cuando con la madurez descubres que en realidad es imposible controlarlo
todo, te desorientas.
Humildemente la palabra que me aparece es trascendencia, ¿no?
¡A trabajar en esto!
Buena Semana, L
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